martes, 29 de noviembre de 2011

La piel que habito

¿Por qué ahora todas las películas están basadas en hechos reales? ¿Hace falta que así sea para que uno las valore más? ¿Es acaso posible que así sea? Seguramente que en el mundo de lo percibido, hay mil historias, hechos, o simples momentos que pueden ser narrados, contados y llevados a la pantalla grande. Pero a mi resulta inverosímil que así suceda en la mayoría de los casos y que haya que apoyarse en ese hecho (fáctico) para valorar o no una película. 
Por eso yo celebro la última obra de Pedro Almodóvar. Porque es un retorno a la ficción. Que podrá gustar o no, eso no importa, de hecho todo lo que uno hace merece una crítica y está bien si no gusta. Pero yo rescato la manera de contar, de construir un relato que contenga: lo bizarro, lo perverso, lo estético y lo dramático en una misma obra. Como puede una misma escena hacerte reir en el preciso momento en que está por enseñarte el talón de aquiles de su historia, que encima contiene un alto grado de dramatismo. 
Ese mérito por el cual lo asimilo con Woody Allen, esos tipos que crearon su propio género. Uno ve los primeros tres planos de sus películas y ya saben quien dirige dicha obra. 

No quiero agregar muchos datos más porque quisiera que la vean y la podamos compartir y comentarla. A mi modo de ver, es una gran película, no sólo por sus altísimos recursos estéticos sino por lo que su argumento expone, o mejor dicho, lo que -a mi juicio - intenta plantear. Claro que esto va por mi cuenta y quizás estoy lejísimo de acercarme a las intenciones del director. Pero tengo el derecho de preguntarme: ¿Qué pensamos cuándo nos imaginamos la fatídica posibilidad de que algún ser querido o humano cualquiera sufra una violación o un abuso sexual? ¿Qué dice la sociedad ante estos casos? Y por otro lado, ¿Dónde nace el placer de los mortales?, ¿sólo basta con pertenecer (biológicamente) a uno u otro sexo?

Me parece que estos interrogantes alcanzan y sobran para valorar La piel que habito. Y si así no fuera, valdría la pena hacerlo tan solo por su excelente guión, sus actuaciones y la forma de construir la historia. Esa sensación extraña que a uno le queda cuando aparecen los títulos y uno piensa: "no hacía falta decir más nada, no quiero saber la reacción de esa madre".

miércoles, 10 de agosto de 2011

Desvarío


Resabios de una mañana confusa

Hace días que ando buscando excusas para volver por este sendero. En verdad, como este espacio supone ser el escape a tantas otras excusas y ataduras, voy a volver a exponer mis dichos sin tener demasiada claridad de qué quiero decir (?).
Pasados aquellos días de ocio parcial, propicios para una búsqueda vocacional distinta vuelvo a sumergirme en la desgraciada y maltrecha cotidianidad. Para mi agrado, regreso a esos pasillos tan sociales de miradas cómplices, de compañeros de aula, de pensamientos, de deseos…Están los otros también eh! Los de color rojo, rojo intenso llamando a votar a no se cuantos miles para que no los silencien (?)…Y están los del proyecto nacional y popular (?), militantes de un gobierno de turno, mezclados con los pequeños sujetos azules hoy en la pantalla grande de la industria cinematográfica.
Anduve pensando en esto de los roles. De si en verdad uno es ese conglomerado de personalidades del que hablaba el gran Oliverio, o si, en algunos ámbitos y relaciones, no tenemos ciertas condiciones de producción (y de reconocimiento también) que nos establecen en posiciones y lugares difíciles de escapar.
Estimo que más de uno (si es que más de uno lee esto) andará buscando links entre lo que digo y lo que intento decir. Ya es tarde. Si llegaron hasta acá es porque omitieron la aclaración de la tercera línea de este escrito.
Nostalgias de una charla con un gran compañero. Recuerdos de una mesa que añoro. Exigencias que me atormentan. Decisiones que esquivo. Y tantas otras filantropías que mejor no seguir.
Crisis mundial. ¿Se caen los yanquis? Festejemos! Igual no va a pasar, no? Cae el precio de las commodities? De las qué? Y los asesinatos en Jujuy? Y el gas en el Borda? Y las primarias para qué? Dice el spot: “para que los candidatos no sean elegidos a dedo”. Pero entonces, ¿por qué solo va Cristina por el FPV, y Alfonsín por la UCR, y Binner por el FAP? No entiendo.
Se despierta Chile! Que alegría!  Pero no era que el modelo chileno era digno de mención? Ejemplo de buena educación, de gestión política y económica? A la mierda! Lugares comunes al tacho. Educación pública y gratuita ya!
Se quema Londres! ¿Y el primer mundo? “Seguro que el escupitajo a Riquelme en Londres no pasaba porque allá están todos sentados y no agreden a nadie” Prendieron fuego un par de tiendas comerciales. La policía asesinó a un joven de 26 años!
Vuelvo a mis días de estudio y presiento que transitar por estos pagos será una tarea ardua. Por eso ando escribiendo este desenfreno a ver si de todo, algo sirve. Trato de abstenerme de esta locura por instantes así no termino igual que la mitad de Fito (?) El viaje en bondi me agota cada día más. Veo y noto algunos pocos gestos de afecto pero la mayoría de los gestos no pertenece a este género. Ah! El otro día me tomé el metrobús! Que bien que se viaja (?)!
Esta mañana desperté con la mujer de la mirada profunda a mi lado. A esas horas que suelen amanecer los hombres y las mujeres de delantal. Con el trajín de la semana a cuestas decidí seguir sus pasos. Después de ver irse (repletos) 5 colectivos de la línea 5, tomamos el nuestro. Acompañé su andar largo y apresurado. Al llegar a su destino, la despedí y me dispuse a seguir mi trayecto hacia la caja boba.
Antes de doblar en la esquina me topé con un sujeto extraño. Me miró. Lo miré como lo suelo hacer cuando ando por las calles, sin ningún interés particular. Tenía la nariz averiada, un aspecto que yo llamaría cuanto menos “particular”. Seguí mi camino pero sentí que aquel hombre me seguía. Dobló detrás de mí, me encaró seguro y con tono de guapo, exclamó: “Qué me mostrás la cara, gil?”
Lo tomé como parte del todo. Contesté desentendido. No suelo ser un gran pugilista y menos sin motivo alguno. Así que le contesté sin muchas ganas. ¿Y él que dijo? Me despidió con un extraño saludo: “No te pego porque estoy cansado!”.


martes, 2 de agosto de 2011

Los danzantes

Se mueven despacio
se esconden de a ratos
se buscan traviesos
se pierden dormidos.

A veces de prisa
a veces tropiezan
detienen su marcha
retoman su marcha, más firmes que antes.

Se hablan de miedos
pero apoyan seguros
se acoplan testigos
sorteando obstáculos del mismo camino.

A menudo callan
confidentes de un solo destino
difícilmente se alejen
tus pies y los míos.

lunes, 11 de julio de 2011

¿Cómo hacer para que doña Rosa algún día se convierta en el hombre nuevo?


 Es cierto, sabido y re contra repetido que la objetividad no existe. Pero lo que aquí escribo será lo más lejano que jamás hayan leído acerca de aquella ingenua ilusión. Esto será sencillo: literal, pasional y hasta por momentos burdo.
Por estos días muchos pensamientos rondaron por mi cabeza. Vine hace poco de un viaje muy particular. También hace poco (depende desde donde lo miren) una mujer vino a martillar mis pocas neuronas vivas (?). Temporalmente en oposición a esto hace tiempo me cuestiono el lugar que ocupo en esta sociedad. Por eso durante un tiempo milité con gente a quien sigo frecuentando y con quien comparto muchas visiones acerca de la política, la histórica y la actual. Eso, como diría un gran amigo (de alguna manera) vino a movilizar bastante mis estructuras. Casi podría decir como nunca antes me había sucedido.
Es cierto, siempre fui un ser complejo pero estos acontecimientos que aquí les relato hicieron aún más porosa esa capa metonímica de sentido (?) que es mi personalidad. Así es que a pesar de estar ahora poco presente en las tareas militantes, aquella experiencia me llevó a estar en permanente contacto con las cosas que pasan en mi país. Frecuentar más los periódicos, hablar más con la gente que me rodea y la que no, fomentar la comunicación alternativa, y hasta crear este espacio narcisista para escaparle un poco al gigante de 5 x 8 horas semanales.
Así, en este marco descripto, recibí la pésima noticia, la bofetada seca a mi incredulidad de haber pensado que lo de ayer no podía pasar. Que la diferencia sería menor  y que el balotaje iba a dar una posibilidad de que los porteños condenen la pésima gestión de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires. No fue así. No será así.
Y después pensé…”por qué me preocupo tanto?” Si este país votó no una, sino tres veces a Carlos Saúl! De qué me sorprendo? Pero yo no me puedo desprender de esto. Yo no soy quien para salir a criticar esto como si yo no fuera parte de esto. Yo soy parte también de la misma sociedad que votó más a Javier Castrilli que al FIT (Frente de Izquierda y los Trabajadores). Y esto lo digo a conciencia de que también las lógicas de construcción política repercuten y mucho.
Pero claro, cómo no me voy a preocupar. Si en el texto que antecede a este yo manifesté que no era lo mismo que siguiera a que no! Qué votó la gente? Un voto castigo a la gestión de Cristina?  Y quiénes son los que la castigan? Los de la clase media? Me rebajo a los criterios más básicos y pragmáticos de la cuestión. Están muy incómodos económicamente muchachos? Yo vi Ezeiza lleno de gente lista para volver a Miami este verano y en el mes de abril, yo veo los comercios repletos de gente comprando mierda los fines de semana. Yo los veo cambiar el auto! Si, si perdí la compostura, lo se. Pero me saca la situación!
Yo critico al gobierno “nacional y popular” por no representar mis ideales, por representar una lógica histórica de construcción política aliada a los punteros, de la mano del gran capital, en contra de la libertad sindical, descuidando a los sectores más marginales del país, o solo haciéndolo con políticas clientelistas y paliativas. Pero ustedes clase media reaccionaria? Por qué la critican? Porque premian a este hijo de puta que ni siquiera les cumplió el mito de buen gestor. No voy a volver a decir todo lo que no hizo porque ya está en el otro artículo (*la política no es cuestión de mercado). Sólo quería descargar mi bronca.
Pensar en voz alta como construir política de base, desde abajo, buscar al hombre nuevo, y demás emblemas de la corriente de izquierda si el hombre de hoy vota en demasía a semejante aberración política? Entiendo, entiendo igual. Lo discursivo. Si es cierto, ya lo dije antes. Pino Solanas y Proyecto Sur hicieron todo mal desde las elecciones del 2009 a la fecha. Apostaron a la construcción personalista en vez de alimentar los caminos de base que allí se tejían (léase constituyente social por ejemplo). Y el FPV? Saben que la CABA es históricamente antiperonista (y ahora anti K) e interpelan al ciudadano diciéndole que voten al muñeco porque está con Cristina!? Por favor! Propuestas! Ideas! Critiquen la gestión del imbécil que hace agua por todos los dos. Al fin de cuenta, es un inepto bien rodeado que me termina haciendo pensar que a nivel de lo discursivo, del manejo de su imagen y del no debate, manejó muchísimo mejor las cosas. No quiso debatir más que en TN y eso la gente no lo ve! Se siguen quedando con que Filmus no fue!  Pero bueno a joderse! Así construye también el peronismo. Así lo hizo ni bien asumió Cristina pensando que se llevaban el país por delante.
Más allá de lo que suceda en octubre o lo que siga pasando en Argentina me preocupa, y mucho, desde donde seguir pensando el cambio social. Desde dónde plantearlo. A qué sujeto social le hablamos? Acaso tengo que pensar que Macri no solo gana por como manejó su campaña sino que él representa el discurso facho de muchos que se creen que los hospitales funcionan mal por culpa de la gente del conurbano? O el del conformista que dice que no hace los subtes porque el Gobierno Nacional no le da la plata?
En fin, creo que en líneas generales ya volqué lo que tenía ganas de volcar (?) Me quedan esas dudas y seguiré pensando desde que lugar participar para que esto no siga de esta manera. Se me ocurre que las comunas pueden ser un buen espacio donde hacer política. Es verdad, el PRO tiene la presidencia de las 15 comunas pero los barrios estarán presididos por juntas comunales (7 miembros) y esa composición hace que participen otras fuerzas y que el escenario se pueda volver más interesante. Habrá que ver que pasa pero por lo pronto participar de los consejos consultivos de cada barrio me parece que será un buen comienzo.
Dejo el análisis más político (?) para despedirme con lo banal, lo terrenal. Hoy fue un día raro. Leí casi todo. Me indigné con muchos comentarios y me alegré con pocos. Esto de las nuevas Tics altera más de lo que aporta al debate. Y entre tanto, discusiones, diarios, facebook, y demás menesteres, cuando se moría la tarde decidí llamar a la mujer de la que les hablé al principio. Estaba iniciando mi descargo telefónico cuando detrás de mí sentí correr un frío electrizante, algo no andaba bien en el ambiente. Volteé la mirada y el niño pródigo del gigante mediático avanzaba a mis espaldas cuando lo detuvo la obsecuencia de un empleado que convincente le ofreció su mano y exclamó: “Felicitaciones Mauricio!”. Ahí entendí todo.

viernes, 8 de julio de 2011

La política no es una cuestión de mercado


Siempre que uno dice lo que piensa se somete a críticas, a juicios, a apreciaciones valorativas y demás menesteres. Y si eso que uno manifiesta está en relación con la compleja temática de la política actual, el escenario se vuelve aún más ríspido.
Claro que no por eso uno va a dejar de cuestionar aquello que le resulte injusto, o simplemente digno de repudiar.
Por eso para algunos, de los que me siento parte, siempre las elecciones representan un brete importante, un pensar “qué carajo hacer con mi voto” (?) Por qué? Por dos razones. En primer lugar, porque muchos pensamos que la participación política o, mejor aún, las posibilidades de que un ciudadano se plantee vivir en una sociedad más democrática debería exceder, y por mucho, el hecho puntual de votar. Y en segundo lugar, a mi criterio el más importante, porque (desde que tengo memoria siempre fue así) votar se vuelve más engorroso cuando nuestras ideas o el proyecto político por el que quisiéramos pelear más a menudo no está representado o referenciado en una opción “electoral”.
La coyuntura política de Argentina ha sido y es desde 2003 un mapa bien difícil de descifrar. El kirchnerismo vino a reconstruir la hegemonía que la clase dominante había visto jaqueada en la crisis de 2001. Para eso tuvo que dar ciertas concesiones (muchas de ellas reclamos históricos del campo popular). En esta parte de la historia, que no pretendo analizar aquí en profundidad (por incapacidad intelectual y temporal) salieron a la escena política distintos actores sociales que, encuentran en la ciudad de Buenos Aires, su expresión más acabada.
Una ciudad que enfrenta cotidianamente a los más acérrimos defensores del modelo “nacional y popular” (enarbolados en sus estilos seissieteochistas)  con el prototipo de gorilón clase media que viene con la idea de “el gobierno no tiene oposición, entonces yo con mi voto voy a crearla o a permitir que el PRO la siga representando”.
Dicho escenario podría ser abordado desde distintas aristas. Pero yo prefiero recortar el campo en lo discursivo. La campaña para las elecciones del domingo tuvo un rasgo común a casi todos los candidatos. No hay propuestas! No hay modelo para esta ciudad! Mientras uno nos da la bienvenida el otro sólo pide el voto porque está alquilado con la “dama de honor”. Ah eso si! No nos olvidemos del tercero en discordia: mareado personalista entre en el (des)armado de sus listas, el frente progresista que nunca fue y las cámaras de los medios.
Ahora bien, como dije antes este escrito no pretende hacer un análisis exhaustivo de la cuestión. Es solo un descargo frente a la particularidad que vivimos quienes el domingo vamos ir a votar y no vamos a tener esa opción que tenga referencia en una construcción política desde las bases, desde abajo y que represente las complejidades (las debilidades también) pero sobre todo las potencialidades del campo popular.
Por eso, si bien reconozco que el voto no lo es todo también se que no es lo mismo que esté Macri a la cabeza de esta ciudad o que no lo esté. Se pueden elegir uno o mil motivos para NO dar lugar a su reelección. Desde sus procesamientos judiciales, hasta la UCEP metiendo palo a la gente que vive en las calles de la ciudad, hasta el desastre en los hospitales y escuelas públicas, etc. Hay cientos de argumentos para no hacerlo.
Pero hay uno que es, a mi juicio, el más importante. Para el campo popular no representa lo mismo que esté en la jefatura de gobierno Macri, que Filmus, que Solanas. Al gobierno de la ciudad así como está hoy no se le saca un tercer pliego para la construcción de un edificio para la facultad de Ciencias Sociales, ni planes sociales de ningún tipo, ni ninguna mesa de negociación salarial, ni tantos otros etcéteras.
Es cierto, a Mauricio Macri la gente no lo vota por ser de derecha, ni mucho menos por fascista. Lo votan porque le apunta a doña Rosa, te apunta a vos (?) que te sentís bienvenido, que en la foto de campaña te pone de espaldas y te dice  que “juntos venimos bien”.
De acá se desprende uno de los objetivos de este artículo. Si la gestión PRO ha sido por escándalo el peor mandato desde que la ciudad es autónoma, por qué hoy la intención de voto lo ubica a Macri como indiscutido ganador en las encuestas? Sobre todas las cuestiones, la que más prevalece o inclina la balanza es la razón discursiva. Al hecho histórico de ser una capital que le dio la espalda a las políticas peronistas, se le suma, a mi criterio, lo más trascendental: la cuestión discursiva! Mauricio (como le dicen los grandes medios), “va a estar bueno”, “juntos venimos bien”, y demás slogans son productos, al igual que su enunciador, propios de la publicidad. Son construcciones sociales. Lo que dice él lo puede decir cualquiera, “vos vecino de buenos aires”, “vos que pagás tus impuestos”, etc. Él vende un producto y algunos (o muchos) compran.
Por eso, quisiera cerrar estas líneas con la idea que fue fuente de inspiración y propósito. Mientras no tengamos referencia política desde la izquierda, pensada como un sujeto colectivo complejo, pluricultural, y representante de las ideas del campo popular y defensor de los derechos de los desoídos de siempre, votemos en contra de Mauricio Macri. No es lo mismo sino está y es muy grave si sigue estando. No sólo porque ni siquiera se cumplió su mito de “buen gestor” sino porque estaríamos comprando una vez más un producto digno de cualquier supermercado de barrio. Y para seguir comprando con los ojos ya tenemos demasiado, no?  

lunes, 27 de junio de 2011

Los barrabravas de la palabra


El fútbol argentino sufrió en estos días uno de los cimbronazos más fuertes de su historia. El club más ganador  en el ámbito local descendió por primera vez en sus 110 años de vida. Ese hecho que llevará tiempo en ser asimilado ya dejó huellas, marcas o como se las quiera llamar en lo más hondo de este querido deporte. Exentos y fanáticos conocen, unos más y otros menos, todo lo que rodea a esta tan entrañable pasión. “Que la pelota no se mancha”, “que Bilardo gano todo, entonces Menotti no sabe nada”, “que Messi no ganó nada con la selección por eso todavía no es más grande que Maradona”, etc.  Eufemismos de un mundo, sistema, y sociedad moderna que cada día más, premia a quienes “triunfan” y castiga a los “derrotados”.
Lejos está de mi propósito hacer aquí un planteo moral y ético de los hechos ocurridos en el Monumental. Sin embargo, hoy más que nunca me parece necesario parar la pelota (?).  Quienes me conocen saben de mi abrazada afición hacia el club de la Ribera. Ahora bien, esa particularidad no me impide reflexionar acerca de lo acontecido.
Es cierto, uno muchas veces va por la vida así como si fuera algo que se desliza por el aire sin preguntarse mucho el porqué de tantas cuestiones. Es un hecho o momento ante el cual deberíamos rebelarnos continuamente, sin embargo no siempre así sucede. Y que tiene que ver esto con el fútbol? Mucho.
De un tiempo a esta parte quienes amamos esta disciplina nos fuimos familiarizando con la idea de que los denominados equipos grandes no ganen un título local hace más de dos años, que su fútbol ya no respete la historia que sus camisetas representan, y hasta que empiecen a mirar la tabla del descenso, y otros menesteres. Así todos esos miedos, incertidumbres y momentos impensados llegaron a la cima (?). El fútbol argentino encontró en River Plate la máxima expresión del deterioro. Un club desvastado, una deuda económica enorme pero sobre todo otra gigantesca en el plano futbolístico.
De esta manera, fue que después de aquella recordada fecha 14 me dispuse a seguir los encuentros de los dirigidos por el villano JJ (?). Poco a poco, empecé a recordar que mal se podía jugar a la pelota, que escasas son las relaciones que el fútbol tiene con la lógica, y cuantas con lo pasional, con lo anímico, con lo psicológico.
Domingo a domingo, me encontré sentado frente a la caja boba siguiendo el recorrido de un camino que semana a semana era más irremontable. Espié los foros, escuché relatos, leí la prensa –la amarilla y la otra- (?). A este ritmo fue creciendo una sensación extraña, de pesar, de no querer que suceda lo que al fin pasó este último fin de semana. Pero en definitiva, susceptibilidades y contradicciones al margen, hubo algo que me atrapó aún más y que me llevó a, por primera vez en mi perra vida, encontrarme sentado escribiendo acerca de River Plate.
Nobleza obliga, debo decir que es más que eso. Hoy y, en verdad, hace ya un tiempo tengo ganas de dedicarle unas líneas al periodismo. A ese que desde que no tiene los derechos para transmitir los partidos de Primera División se pasa horas enteras jugando al fútbol tenis o bien hablando cada vez más de las intimidades de los jugadores, de si Riquelme es buen tipo, si Forlán patea en contra (?), si Batista y Tévez están enemistados, etc.
Con los ojos y los oídos puestos en estos secuaces traté de seguir cómo los medios más influyentes contaban lo que le pasaba al equipo de Nuñez. Así, el día que este fue sentenciado a jugar la promoción, un amigo me dijo: “escuchaste el relato de Costa Febre?”. Allí el mítico (?) relator contaba: “jugadores falopa, jugadores que no están a la altura de esta camiseta”[i]. Me sorprendí, ingenuamente me sorprendí. A pesar de ello y no conforme con estas palabras fui en busca de más y al día siguiente compré el diario deportivo más vendido del país. Si, ese mismo que el día que Vélez saliera campeón prefirió poner en tapa la despedida de Palermo (en una clara muestra de sus decisiones de mercado más notorias). En la edición del día “D”[ii] Leo Farinella, fiel representante de estos barrabravas de la palabra, además de acusar a Pasarella de falopero, cerró su profundo análisis con una cita para el recuerdo: “Hace unos días murió mi perrita Labruna. No se llamaba así por casualidad. Lloré y lloro mucho su ausencia, pero evidentemente ella no quería verme así por River”.
Finalmente, el domingo cuando repasaba y consumía todas las imágenes y los noticieros acerca del triste final riverplatense, sentí indignación una vez más con el “programa” de Alejandro Fantino donde no solo la barbarie aflora en la piel de cada uno de sus energúmenos sino que además se daban el “lujo” de hablar de un policía muerto sin siquiera haber chequeado las fuentes.
¿Adónde voy con todo esto? Me parece lamentable lo que pasó con River Plate. Pero no sólo porque se pierde, por lo menos por un tiempo, buena parte del folclore futbolístico nacional (¡con tan solo pensar en el superclásico!) sino por la gravedad de los barrabravas de periodistas que incitan a la violencia continuamente. Que agitan como lo podría hacer cualquier hincha de fútbol devenido en borracho de tablón o cualquiera de sus semejantes. ¿Quiénes son estos tipos? ¿Quién les paga para que fomenten escenas como las que se vivieron en Nuñez? Para que después pongan en la gráfica del programa: “violencia en el fútbol, los inadaptados de siempre”.
Creo que ni yo ni ningún ser racional espera que estos tipos pregonen el cambio social ni reivindiquen la patria socialista pero sí que, al menos, se dediquen a informar, a hablar de fútbol. A tratar de dar las razones de porqué River llegó a esta instancia y no solamente detenerse a pedir la cabeza del presidente. No solo porque de algunos es muy evidente el clima destituyente que quieren instalar sino porque deberían ejercer sus “profesiones” reconociendo las particularidades de la sociedad en la que viven, el valor cultural que tiene el fútbol para mucha gente, y por ende el riesgo grande que implica actuar solamente como agitadores.


miércoles, 15 de junio de 2011

Las manos

Infatigable el recuerdo
tan preciso y constante
Inaccesible aquel aroma
tan simple y necesario

Se trata de ustedes
herramientas del afecto
Se trata de aquella mujer.
Conductoras del amor

Aquella sentida imagen
excusa del color más presente
Aquella irremplazable caricia
poseedora del río más dulce

Calor entrañable de invierno
afecto en la medida justa
Dibujos continuos en el aire
siluetas de un testigo en silencio

Mariposas de Silvio
alivio al traerlas
Caminantes de Joan Manuel
pesar de solo buscarlos.

Así las recuerdo, mujer.
niño tan posiblemente incompleto
Dueñas de mi dolor más carnal,
así lo seguiré haciendo, inalcanzables.



martes, 14 de junio de 2011

La casa de los valores perdidos


En un mundo de apariencias, donde todo está más cerca de parecer que de ser, la película El hombre de al lado resulta ser un aluvión de aire fresco, crítico e innovador. Un ejercicio certero que pone en cuestión la difícil tarea de hacer prevalecer el discurso, la práctica por encima del producto terminado.

Seguramente que los preocupados de siempre por el final feliz, por el guión que lo cierra todo, no habrán quedado conformes con las formas y el desenlace de esta historia. Sin embargo, en ese hecho encuentro el valor más alto de la película que dirigió Gastón Duprat. Se trata de ese instante donde se descubre al protagonista como un ser capaz de encontrar más simplicidad en el hecho de dejar morir a un hombre, en lugar de socavar de una vez por todas las estructuras que construyen su tan frágil cotidianidad.
Desde una puesta muy particular (casi no se le ve el rostro a los protagonistas, o se los descubre de manera “incómoda”) la película, a mi criterio, intenta aportar a una mirada singular a este presente tan regido por el mercado y sus aristas más potentes y más difíciles de reconocer en el día a día. La imagen, la estética y el “buen vivir” de una clase de sujeto conformista, conviven en esos personajes y en esa casa pensada por el gran Le Corbusier y allí presentada como el cúmulo del más opresor de los hormigones.
No valdría la pena detallar aquí todas esas aristas por las que considero que vale la pena visitar esta obra audiovisual. En todo caso, la propuesta está hecha para tener un acercamiento a un tipo de cine que no se quede en lo pequeño y superficial sino que muy por el contrario, le permita al espectador sentirse reconocido en esas relaciones humanas, para tratar de poner en cuestión cuáles son los valores actuales que conserva una relación de un padre con un hijo, de un matrimonio, de un compañero, etc.
Seguramente que más de uno ya habrá visto la película de la que aquí les hablo pero si sienten que no encuentran relación entre mis palabras y la obra aquí comentada, o si creen que amerita responder estas líneas o cuestionarlas; entonces, recién ahí, podré pensar que esto ha tenido sentido. Si por el contrario todavía no lo han hecho, el ofrecimiento está en pie. La propuesta es detenerse un instante en El hombre de al lado y a su paso permitirse pensar cuáles son las estructuras con las que uno convive en “su mundo” y si vale la pena criticarlas.
Para terminar, incorporo una cita que de alguna manera permite justificar, a mi criterio, la importancia de esta película: “Debemos recuperar y situar el poder de la conciencia, entendida como la facultad que permite acceder a la comprensión del proceso social”[i]



[i] Armand Mattelard - Para un análisis de clase de la comunicación

jueves, 9 de junio de 2011

Hombrecitos de pies descalzos



Los hay altos, aniñados, fraternales, inocentes y fugaces. Los hay tiernos, traviesos, escurridizos, veloces y galanes. Lo son todo: adultos, reales, capaces, vulnerables, deseables y funcionales. Están ahí, nadie los ve.
La escena es dantesca. Una callejuela oscura en uno de los rincones más perdidos del lugar. Allí cerquita nomás donde el gigante reproduce mentiras y esconde verdades. La imagen cita una situación cotidiana, ajena a cientos de miles pero presente, constante. Decorosa para algunos pero sobre todo, ignorada para muchos, insignificante para tantos. Bien podría ser producto de un plan del tipo Marginalidad para todos.
Ellos están ahí. De día y de noche. Descansan, juegan, trabajan, corren, golpean, gritan y callan. De pronto, un extraño camina en las cercanías. Lo hace con precaución, se lo ve tenso, apresurado, no quita la mirada del piso. De repente, ¡pum! Una pelota golpea las paredes de un refugio de amantes fugaces y el extraño se asusta. ¡Se asusta! Allí donde la inocencia se escapa. Donde la infancia sólo pasa de largo. Donde la paternidad se ha perdido. Allí mismo los extraños se asustan.
Cada vez son más. Son cientos. Van con la compañía de esos siniestros ejemplares, mezcla de pelaje incierto y cuero curtido. Saltando obstáculos, esquivando restos de oficinas que ya no son tales, porciones pasadas de utilidad, recipientes frágiles que ahora serán el más firme de los escondites.
Las noches de invierno se los ve al son de tambores de fuego. Veladas extensas. Finales inciertos. Ellos son parte de los privilegiados de la tierra de todos los climas. Cuando en verano la lluvia se apiada de sus pieles, llega el momento del ocio más extremo. Recolección en raciones de la más bendita. Risas, gritos, corridas y la callejuela se viste de carnaval.
Ellos son amigos de los nadies, los mismos de Eduardo, el oriental. Están ahí, a la vista de todos. Sin embargo, nadie los mira, los saluda ni pregunta. Detenidos en el tiempo. Ignorados por completo.

miércoles, 8 de junio de 2011

La propiedad privada

Un cajón vacío, recuerdos
un saco gris, desusos
rincón sin luz, infrecuente
pijama azul, nunca más.

Huellas de pared, descuido
telar de polvo sobre su cabeza
espacios de silencio, letargos
papeles sin porvenir, palabras.

Baldosas rojizas, terreno infértil
ventanas al por mayor, exceso
reflejos intermitentes, constantes
un trozo de mármol a la mitad.

Pasado de recreos inertes
presente de inquietudes vibrantes
mañanas de cálidos arribos, lujuria
campanas de golpes precisos.

Resabios de hojas gastadas, alivio
vientos de calma otoñal, tormento
elementos temporales, demasiados
aromas femeninos, extraña procedencia

Ingreso restricto, acceso moderno
pasillo angosto, corazón pequeño
descanso frecuente, difícil despegue
ideas imprecisas , nostalgias.


martes, 7 de junio de 2011

A modo de prólogo

Allá ellos. Acá él. Opresión. Opresión. Elección. Elección. Vocación vs. Empleo. Los medios de subsistencia vs. los deseos de resistencia. Se trata de crecer. De respirar. ¿Quién dice que lo que creamos sirve o no? ¿Cuándo uno identifica qué hacer de su vida? ¿De qué se trata la vocación? ¿Se puede acaso pensar en un sujeto racional que tenga “vocación” por una actividad en la cual, cualquiera fuera, uno ponga a disposición sus manos, su mente o el cuerpo completo a disposición de un tercero por un tiempo determinado, como un hecho absolutamente natural?
Dicen algunos que son las leyes del juego. Están aceptadas. De eso se trata. No se habla de hipismo ni de idealismo. Se trata, en cambio, de por una vez en la vida tan solo intentar salir del pozo. Buscar el momento. Reconocer las etapas. Cuestionar el presente. Poder observarlo y, al fin, someterlo, transformarlo!
Es cierto, esta última posibilidad requiere esfuerzos, tiempo, angustias, fracasos. Pero he aquí el intento. De esto se trata este espacio.
Este ingenuo rincón del cyber espacio está pensado como un escape, como una parte ínfima de unas ganas contenidas durante años, de poder pensar, reflexionar, y mover al fin las bases.
Nadie descree más que el sujeto aquí oculto acerca de esa estúpida posibilidad de que alguien vendrá por él. “Oh por dios pero qué textos más oportunos!” “Qué escritos más certeros!”. Nadie. Basura. Se niega a si mismo. Insiste, aquí se trata de hacer todo aquello que en el sitio de la opresión no se puede, no se debe, no se quiere ni pretende. Allí no se valora. Mejor dicho, allí se menosprecia, se desprestigia, se denigra. Allí el sujeto se vuelve incompetente. Nótese la incursión del deíctico. Es decir, ese diminuto vocablo que tiene el maravilloso poder de estar en lugar de otros, de lugares y de tiempos. Porque en este caso allí, es suyo, pero puede ser tuyo. Más aún, es igual al tuyo. Tendrá otra forma, otro embalaje, otro surtido y otros pretextos. Pero de seguro esconde el mismo olor, la misma trampa e idéntico lema.
En fin, de todo esto y nada menos se pretende este blog. Uf! Difícil palabra. Aquí se hablará de todo lo que pase en su mente. Y de todo lo que su mente no se anima a decir en todas partes. No es este su refugio, sino una herramienta, una más para empezar a pensar en uno y en otros al mismo tiempo. En descubrir al fin todo aquello que no sucede en lo cotidiano. Que no amanecerá jamás en los senderos de la podrida vocación errante. Que habrá que romper verdades, descubrir represiones, despertar pasiones. De eso se trata. Supone.